VAQUITA MARINA
La vaquita vive únicamente en las extensiones del norte del Golfo de California en México, también conocido como el Mar de Cortés, en un área no mayor a 40 mil cuadradas, a menos de 5 pies de largo. Al nacer, las crías de la vaquita son del tamaño de una pieza de pan, tienen una apariencia particular; con una línea negra que va de cada aleta hacia el frente, hasta la mitad del labio inferior. Tienen un parche circular alrededor de cada ojo y sus labios negros simulan una linda sonrisa perturbadora.
Desafortunadamente, la vaquita está en la lista de especies en peligro de extinción tanto de Estados Unidos como de México así como en la lista roja de especies en peligro de extinción (IUCN) Unión Internacional de la Lista Roja para la Conservación de la Naturaleza. Los científicos calculan que queda un estimado de 125 a 150 ejemplares. Se espera que la población disminuya cada vez más hasta la extinción si no se encuentran soluciones inmediatamente.
La vaquita, cuyo nombre significa “vaca pequeña”, fue descubierta por primera vez en 1958 y descrita hasta 1985. Esta especie cautelosa y evasiva está desapareciendo debido a capturas incidentales en redes de arrastre. Estas redes de pesca son casi invisibles, están en el agua como una especie de cortina que seguido, los costeros las dejan de vigilar y las dejan para la pesca de camarón. Las vaquitas no son capaces de detectar las redes, por lo tanto, se enredan y ahogan al quedar atrapadas nadando accidentalmente dentro de ellas. Como las ballenas y los delfines, necesitan salir a la superficie para poder respirar. Las redes de pesca de arrastre son la principal causa de muerte de la vaquita marina.
Se han creado leyes, se han designado reservas y creado centros de acopio para su conservación; sin embargo, hoy continúa su declive. La vaquita cada vez está más cerca de la era del olvido, está a punto de unirse a su primo, el baiji (Lipotes vexillifer). El baiji, también conocido como el Delfín del Río Azul, únicamente existió en China, exclusivamente en ese río. En 2007 fue la primera especie de cetáceos declarada en peligro de extinción en tiempos modernos como resultado directo de las actividades humanas.
Siguiendo a la pérdida del baiji, la vaquita es ahora el siguiente mamífero marino a punto de extinguirse. La vaquita no habita en ningún otro lugar en el mundo, y si perdemos esta población, desaparecerá para siempre.
El gobierno mexicano emprendió un plan de dos años para remover las redes del agua y así salvar a la vaquita. Sin embargo, la compra de las zonas pesqueras está dispuesta para tener un impacto significativo en las familias de un área de oportunidades económicas limitadas y en donde la pesca, en la actualidad, es la única fuente de ingresos. Para poder salvar a la vaquita, los pescadores del Golfo superior de California también tienen que ser supervisados. La pregunta es, ¿cómo va a funcionar esto?
En su última hora, la vaquita necesita que el mundo escuche. Sin voz o una presencia visible real con la que pueda hacerse presente en la mente de la humanidad, es momento de una cooperación internacional y una acción rápida a su favor.
Robert Pitman , del Centro de Pesca Marino del Suroeste de la NOAA lo refleja en el artículo de la revista Historia Natural en 2007, titulado “¿Cómo ahora vaquita?”: “La vaquita no tiene valor como mercancía: Es muy pequeña y asustadiza para participar en una aventura de ecoturismo. No es un eslabón vital en la cadena alimenticia marina. No existe cura para alguna enfermedad humana escondida en las proteínas de su hígado. Es sólo una bestia humilde tratando de hacerse camino, como el resto de nosotros. Su pérdida apenas se notaría. Sin embargo, es parte de la magnífica diversidad de vida en la Tierra que nuestra generación heredó, y se está convirtiendo rápidamente, en parte del escaso legado que estamos dejando atrás. Ahora tenemos un año o dos para decidir si dejaremos que esta especie viva, o como con el baiji, si la sacaremos de la isla y borraremos para siempre esa pequeña sonrisa de color negro de la faz de la Tierra.